Los atentados del 11-S
han sido los más devastadores de la historia de la humanidad. Fueron
perpetrados por terroristas suicidas de Al Qaeda, y consistieron en secuestrar
4 aviones e impactarlos contra relevantes edificios de EE.UU. En total,
fallecieron 3.016 personas y hubo 6.000 heridos. Y aún ahora continúan falleciendo personas y apareciendo tumores como consecuencia de las sustancias y plásticos tóxicos inhalados en las explosiones.
Los 19 terroristas árabes (todos ellos con gran poder
adquisitivo y, generalmente, con estudios) embarcaron en 4 aviones, todos de
compañías aéreas estadounidenses. En cada uno de los vuelos había un terrorista
piloto, que se encargaría de pilotar el avión una vez reducida la tripulación.
Degollaron a algunas azafatas con navajas y, al menos, a un piloto o pasajero. También
utilizaron un spray para retener a los pasajeros de primera clase y amenazaron
con la existencia de una bomba en los aviones.
Sorprendentemente, hubo 27 terroristas que se presentaron
como voluntarios para tomar parte en los atentados suicidas, pero Bin Laden
sólo le permitió hacerlo a 19.
20 minutos después del despegue del primer avión, una
azafata alertó de la sospecha de que el avión había sido secuestrado.
Instantáneamente, se prohibió el despegue de todos los aviones nacionales y
algo más tarde se ordenó que todos los aviones aterrizaran en el aeropuerto más
cercano, colapsándose estos. También se declaró el estado de máxima alerta en
todo el mundo.
Pero estas medidas de seguridad no eludieron los atentados.
El primer avión fue embestido contra la Torre Norte; y el segundo, 15 minutos
más tarde, contra la Torre Sur, pudiendo ser este segundo impacto grabado por
cámaras de televisión debido a la expectación del primer impacto.
Posteriormente, un tercer avión se estrelló contra el Pentágono, edificio en el
que fallecieron 125 personas.
Una hora después del impacto contra la Torre Sur, ésta se
derrumbó; y una hora más tarde se vino abajo la Torre Norte. Ambos
derrumbamientos conllevaron el desplome de otros 3 edificios más del World
Trade Center (WTC), entre ellos el Hotel Marriott. Este complejo fue, durante
40 años, el ideograma del poder financiero de los EE.UU. Las torres medían 417 m, y habían sido los edificios más altos del mundo en los inicios de la década de los 70.
Hotel Marriott
Durante dos horas (hasta que se derrumbó la Torre Norte),
16.000 personas fueron evacuadas de los edificios del complejo (la mayoría de
las Torres Gemelas), un desalojo que resultó un éxito, pues se habían diseñado
unos excelentes planes de evacuación. Se salvaron muchas de las personas que se
encontraban en plantas inferiores a las del choque. No obstante, murieron
muchos bomberos y policías en el momento del derrumbe, al no haber sido
advertido. Los protocolos de seguridad habían sido perfeccionados después del
atentado de 1993 contra el WTC, en los que un grupo islamista radical
financiado por Al Qaeda hizo estallar un camión-bomba con 680 kg de explosivos en
un pilar vital para la Torre Sur, localizado en el sótano, con el objetivo de que cayera
sobre la Torre Norte. Se ocasionó un agujero de 30 m en la gran torre, de un total
de 110 plantas, pero, afortunadamente, su resistente estructura soportó la
explosión. Sin embargo, fallecieron 6 personas y más de 1000 resultaron
heridas. Después de este intento de derrumbamiento, se ampliaron las salidas de
emergencia y se instalaron luces, que ocho años más tarde salvaron la vida a
miles de personas.
Por último, un avión, con destino a destruir el
Congreso de los Estados Unidos, cayó en campo abierto en Pensilvania, tras
haber perdido el control los terroristas como consecuencia de un enfrentamiento
entre estos contra los pasajeros y la tripulación. Algunos pasajeros ya se
habían percatado de los impactos contra las Torres Gemelas a través de los
medios de comunicación de masas, que habían ocurrido dos horas antes, y por
tanto se imaginaban lo que los secuestradores de su avión pretendían.
En los atentados, los bomberos, servicios de emergencias
y dispositivos de seguridad se colapsaron en algunos momentos. No había quién los coordinara completamente al principio, y no sabían a qué lugar acudir ni a
quién atender en algunos casos.
Pero una semana después, los terroristas yihaidistas
continuaron, y emplearon el correo postal para exponer el ántrax (una bacteria
letal) a políticos, militares, empleados civiles y periodistas estadounidenses,
acentuando aún más la inseguridad ciudadana. 22 personas fueron intoxicadas por
la inhalación de dicha bacteria, de las cuales 5 murieron.
Esta carta, enviada a un senador, decía así:
11-09-2001
Ya
no pueden detenernos. Tenemos este ántrax, y moriréis ahora. ¿Tenéis miedo?
Muerte
a los Estados Unidos. Muerte a Israel.
Alá
es Grande.
Estos atentados sembraron aún más el terror en los
ciudadanos, acentuando la inseguridad ciudadana, lo que condujo a un estado de
psicosis de la población, que evitaba viajar o visitar lugares concurridos. Los
vuelos se redujeron en un 20% (después de haber permanecido cerrado el espacio
aéreo en unos días), por el miedo de los ciudadanos a que se repitieran los
atentados y por su resistencia a pasar los nuevos controles de seguridad.
Para contrarrestar los efectos e incentivar el consumo,
el presidente Bush aprobó una disminución de impuestos a todos los sectores, y
subvenciones aéreas. Todo esto, unido a los gastos de los nuevos conflictos
bélicos que se originaron, incrementaron el desembolso del Estado y
disminuyeron la recaudación. Así que todas las partidas de los Presupuestos
(excepto Defensa), disminuyeron; y se redujo la inversión pública, lo que conllevó
un mayor descenso del consumo.
Además, el día de los atentados, se perdió durante horas
el suministro del dinero. Todos los mercados internacionales se vieron
gravemente afectados, y la bolsa de Nueva York cerró durante una semana. Cuando
abrió, se desplomó más de un 14% en 5 días.
Todo esto, junto al contagio de la industria
estadounidense por la crisis asiática iniciada en 1998, acarreó una recesión
económica del país, y destrucción masiva de empleo, algo que no ocurre ni en la
actualidad, en este contexto de crisis económica financiera internacional, pues
el PIB de EE.UU. está creciendo a un 2%. Pero Estados Unidos superó rápidamente la
recesión.
La economía de Manhattan aún no se ha recuperado del
ataque.
Desde los Atentados del 11 de Septiembre de 2001, se ha
incrementado la seguridad y los controles en todos los medios de transporte de
todos los países, y en particular en el avión.
Además, en EE.UU. en especial:
-Se ha mejorado la
seguridad pública.
-Se han mejorado las herramientas
y las indicaciones para la industria de la construcción y para los responsables
de seguridad.
-Se han revisado los
protocolos de evacuación de los edificios.
-Se ha mejorado la
coordinación de los dispositivos de emergencia.
-Se ha protegido Wall
Street contra un atentado terrorista.
-Los servicios secretos
están más alerta y más centrados en la prevención de atentados.
-Se han mejorado los
criterios con los que los edificios son diseñados, construidos, usados y
mantenidos.
En la próxima entrada,
comentaré quién organizó los atentados y por qué; la respuesta de EE.UU. y los
conflictos bélicos que se generaron, involucrándose la mayoría de los países
del mundo; y las consecuencias de estos hasta hoy en día.